La cerámica, garantía de higiene en pavimentos y revestimientos
La cerámica es uno de los materiales más utilizados en pavimentos y revestimientos, y no solo en la actualidad, también ha sido utilizada desde hace siglos por las principales civilizaciones. Además de por su enorme resistencia y su durabilidad, la cerámica es uno de los materiales más seguros al garantizar la higiene del entorno.
La cerámica ya se utilizaba en el 1.500 a.C., no solo para revestir suelos y paredes, también para transportar vino, como soporte para alimentarse o como contenedor de agua destinada al aseo personal. ¿Por qué se ha venido utilizando la cerámica para estos usos relacionados con la alimentación, el cuidado y el aseo? La respuesta es sencilla: por sus características higiénicas.
Gracias a la baja porosidad de la cerámica, esta no absorbe ni la humedad ni la suciedad. Sus propiedades antibacterianas y antialérgicas lo sitúan como el material más adecuado para aquellos espacios donde hay que tener especial cuidado con la higiene, de ahí que tradicionalmente se haya utilizado en cocinas y cuartos de baño, aunque su uso se ha extendido al resto de las estancias para dar respuesta a esta necesidad de asepsia en todos los espacios. No olvidemos que la cerámica evita el desarrollo de colonias de gérmenes y hongos.
Sencilla limpieza, máxima higiene
Otro de los atributos de la cerámica que ha hecho que su uso se extienda a lo largo de la historia es la sencillez en su limpieza y mantenimiento. Son variados los productos que se pueden utilizar para limpiar este material sin dañar o alterar su aspecto, si descartamos los ácidos que pudiesen dañarlo. Recordemos que los pavimentos son las superficies que más se contaminan, ya que en ellas se deposita la mayor parte del polvo y de la suciedad, de ahí la importancia que tiene realizar una limpieza que requiera poco esfuerzo y en la que no intervengan productos que tengan un coste elevado.
Para conseguir el resultado óptimo, hay que diferenciar entre una primera limpieza a fondo tras la instalación del producto, que tendrá como objetivo eliminar cualquier resto de la obra como cal, yeso, cemento, pintura…, del mantenimiento y limpieza diarios. Además, es importante tener claras unas premisas básicas para eliminar la suciedad que se acumula en el día a día sin deteriorarlo. También conviene saber qué productos son los adecuados según el acabado: mate, brillante, rugoso, etc.
Consejos a la hora de limpiar la cerámica
Conseguir que una superficie cerámica luzca radiante es sencillo, pero para mantener el buen estado de las baldosas es necesario seguir las indicaciones de limpieza y mantenimiento para no dañar el producto cerámico y mantener su belleza intacta.
Se recomienda prestar un cuidado frecuente en el mantenimiento habitual de las piezas cerámicas, conservándolas y protegiéndolas de elementos o ambientes agresivos y evitando métodos y productos de limpieza abrasivos, así como, en el caso del pavimento, instalar en la entrada de la vivienda una alfombra o felpudo de piel de coco para eliminar restos de tránsito urbano en las suelas de los zapatos. Para eliminar la suciedad general en pavimento y revestimiento, se puede utilizar agua caliente, paños o esponjas, mopas, fregonas o limpiadores convencionales con PH neutro; nunca estropajos (salvo en la primera limpieza de obra en materiales resistentes). Se deben seguir las instrucciones de los fabricantes en el caso de limpiadores específicos y se ha de evitar el uso de ácidos clorhídricos. En el caso de piezas con aplicaciones de metales se recomienda evitar el uso de limpiadores con ácidos. De esta forma, aseguraremos al máximo la higiene de la superficie.
Debido a un uso habitual en determinados espacios, las piezas pueden entrar en contacto con suciedad más específica que requiere una limpieza particular. En el mercado existe una gran variedad de productos específicos para cada tipo de manchas, como pintura, óxido, rotulador, silicona o pegamento. Aquí se puede consultar los productos que recomienda Keraben Grupo para cada tipo de manchas (pag. 383).
Limpieza de fin de obra con productos especializados
Después de la colocación es fundamental realizar una adecuada limpieza para eliminar residuos de junta y, en general, suciedad de la obra, como ya hemos comentado anteriormente, evitando el uso de productos abrasivos, como ácidos fluorhídricos. Una vez finalizado el proceso de rejuntado, debemos retirar el material sobrante antes de que se endurezca. Aconsejamos el empleo de un detergente de acción ligeramente ácida que no despida humos tóxicos y respete las juntas, el material y el usuario, como Fila Deterdek. En el caso de juntas de resina epoxi se aconseja utilizar un limpiador específico de residuos epoxi, como Fila CR10.
Los revestimientos y pavimentos cerámicos representan la alternativa más eficaz, cómoda y segura para mantener las condiciones adecuadas de higiene y limpieza. Además de que por su propia naturaleza son superficies impermeables que evitan la introducción de cualquier tipo de líquido que pueda generar reacciones o contaminaciones. Asimismo, su resistencia química les hace susceptibles de soportar, sin sufrir alteración, productos detergentes y desinfectantes, que en otros materiales de revestimiento y pavimento serían perjudiciales. El porcelánico es, en definitiva, uno de los materiales más higiénicos y más sencillos de limpiar.